Planificar el crecimiento que quieres lograr a mediano y largo plazo te permitirá evaluar tu desarrollo por períodos de tiempo, conocer qué funciona y qué falta para alcanzar tus metas.
Al momento de invertir en tu emprendimiento para expandirlo, la planeación estratégica es la mejor herramienta para lograr objetivos y obtener resultados relevantes.
En el mundo de las inversiones, ¿conviene una planeación a mediano o largo plazo?
Aunque suene a cliché, la decisión está en función de tus objetivos y los plazos en donde planificas disponer de tu dinero. Para guiarte al tomar esta decisión, nuestros asesores te comparten las siguientes consideraciones:
Planeación a mediano plazo
Considera este plazo si quieres ver resultados en un periodo de 1 a 5 años.
La liquidez estará en función del interés generado, y es una opción viable para metas cercanas, como obtener un mayor capital para diversificar tus inversiones en proyectos a largo plazo.
Si estás cómodo con correr riesgos medios, estos plazos son tu opción, al permitirte evaluar tus logros por periodos de hasta un año.
Planeación a largo plazo
Esta opción es conveniente cuando tu objetivo es hacer crecer tu patrimonio, con proyectos donde tu capital será invertido por un periodo mayor a 5 años.
La mayor ventaja del largo plazo es que genera una mayor rentabilidad, a costa de tener una menor liquidez durante un período largo de tiempo.
Este plazo te permite planificar en dónde quieres ver tus proyectos en un escenario consolidado y evaluar el nivel de riesgo de forma periódica, con posibilidad de hacer ajustes.
¿Qué necesitas saber para definir tu plan?
- Metas: Ten claridad en tus objetivos después de un periodo concreto. Si quieres aumentar tu capital, figurar en el mercado, atraer más clientes o diversificar tus ingresos, los resultados pueden colocarse en el mediano plazo, para hacer una evaluación de logros; si quieres consolidarte en la industria, superar a la competencia, o contar con fondos de ahorro para tu retiro, el largo plazo te permitirá tener metas concretas y con resultados más sólidos.
- Estrategia: Establece las acciones necesarias para alcanzar tus objetivos, el orden de tareas, el tiempo dedicado a cada una de ellas, las personas involucradas y los insumos necesarios. Tener claridad en cada aspecto del plan te permitirá monitorear tus avances y considerar el tiempo en donde será posible ver resultados.
- Métricas: establece métricas significativas que te ayuden a evaluar cómo está avanzando tu plan, qué objetivos se están cumpliendo y cuáles están rezagados. Siempre piensa en metas alcanzables y parámetros relevantes, además de cuantificables, para evaluar tu desempeño.
- Siguientes pasos: ¿Qué harás cuando alcances tus objetivos iniciales? Considera lo que harás cuando lo logres y el tiempo estimado para esto. Parte de planificar consiste en vislumbrar nuevas metas y definir el rumbo que tomarás a continuación. Todo ello puede verse a corto, mediano y posteriormente a largo plazo, asegurando siempre que sea viable.
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