La Ley Fintech, promulgada en marzo del 2018, prevé la regulación de los servicios de las Instituciones de Tecnología Financiera (ITFs). Se centra en dos tipos de figuras: las Instituciones de Fondos de Pago Electrónico (IFPE) y las Instituciones de Financiamiento Colectivo (IFC).
Esta ley vigila la seguridad para los usuarios y tiene por objeto regular los servicios financieros que prestan las Instituciones de Tecnología Financiera, así como su organización, operación y funcionamiento, particularmente las del sector privado. Sus principales funciones son:
- Promover el uso de activos virtuales. Como las criptomonedas, siempre y cuando estén autorizadas por el Banco de México.
- Permitir el acceso a sistemas de autenticidad. Con ellos los clientes pueden utilizar servicios de pagos electrónicos (transferencias mediante app, compras en línea), acceder a servicios de asesoría financiera virtual, participar en un financiamiento colectivo, entre otros. El más común es la firma electrónica.
- Prevenir riesgos. Se aseguran de que las instituciones financieras digitales funcionen correctamente y conforme a la ley, con lo cual reducen riesgos de fraudes electrónicos o lavado de dinero.
- Reforzar la dirección corporativa de las Fintech. La dirección corporativa de una empresa es la encargada de regir sus normas, estructuras y procesos. La Ley Fintech, a través de su Consejo de Administración, Director General y Comité de Auditoría, vigila que la dirección cumpla correctamente con estas funciones.
- Procurar el intercambio de opiniones ideas y conocimientos. A través del Grupo de Integración Financiera, se crea un espacio donde el sector público y privado intercambian conocimientos sobre tecnología financiera.
La Ley Fintech es tu mejor aliado en el mundo financiero digital, si bien su función no es cuidar tu dinero, sí debe vigilar que las Fintech operen de manera correcta y conforme a la ley.